Juan Manuel Gámez
Andrade
Cronista de
Tehuacán
Sin duda la celebración cívica más
importante para los tehuacaneros es el episodio en el cual la comunidad
indígena adquirió el título de Ciudad de Naturales, en el ya lejano 1660. O sea
que en el presente festejamos 356 años de aquel histórico suceso.
Pero, usted amable lector, sabe
cuándo iniciaron estos festejos de manera oficial? Si no lo sabe, con gusto le
digo que fue a partir de 1953, o sea hace 63 años, cuando el Ayuntamiento de
Tehuacán determinó que era necesario que sus habitantes conocieran más
profundamente el proceso en el cual el antiguo pueblo se convirtió en flamante
Ciudad.
En 1951 Tehuacán había regresado al
cauce constitucional, después de haber sido gobernado por Concejos Municipales,
y fue don Isaac Gómez Jiménez, quien
decidió apoyar la propuesta de un grupo de tehuacaneros, la cual fue difundida
por el periódico La Escoba,
precisando que: “Hemos olvidado que en el año de 1660 nuestros ancestros
indígenas adquirieron para el entonces pueblo de Tehuacán el título de Ciudad
de Indios, con lo cual lograron instalar su Cabildo Indígena. Por tal motivo es
necesario que rememoremos ese noble esfuerzo de aquellos ancestros festejando
de manera digna ese histórico acontecimiento”
Al cumplirse 293 años de la
adquisición del título, el Ayuntamiento
determinó que debido al gran interés de muchos tehuacaneros por instituir una
celebración oficial, logró que el Cabildo, instituciones civiles y fuerzas
vivas, se coadyuvaran para elaborar un programa donde autoridades y pueblo de
Tehuacán conmemoraran la compra del mencionado título.
Como en 1953 el 16 de marzo cayó en
domingo, se tuvo que trasladar para el lunes 17. De esta manera, al filo de las
7 de la noche, en sesión solemne de Cabildo dio inicio el protocolario acto en
el salón de cabildos ubicado en la parte alta del Palacio Municipal.
A ella llegaron puntuales, don Isaac
Gómez Jiménez, en su carácter de alcalde, acompañado de su cuerpo de regidores,
conformado por Manuel Novoa Moreno, Manuel Cerda Melgar, Enrique Sánchez
Martínez, Carlos Vargas Leyva, doctor Ernesto Díaz Ordaz, Ricardo Bretón
Rodríguez; y el abogado Enrique Ricaño Herrero, en su carácter de Secretario
del Ayuntamiento.
Además fueron invitados el General
Joaquín Paredes Menchaca, jefe del sector militar en esta ciudad [quien no
tenía parentesco con nuestro historiador don Joaquín Paredes Colín]; el
diputado Amador Hernández González, el administrador de correos, don Jesús
Olalde Márquez y un selecto grupo de ciudadanos, además de representantes de la
prensa local.
Hizo uso de la palabra el munícipe
Ricardo Bretón, quien dio lectura al contenido del Acta de Elevación, texto
que, desde 1910 había rescatado por nuestro ilustre historiador local don
Joaquín Paredes Colín, al ser plasmado en su libro Apuntes para la Historia de
Tehuacán.
Acto seguido el abogado Francisco
Madrid pronunció el discurso alusivo en el cual resaltó lo siguiente: “¡Santuario
me eres Tehuacán, cuando en ti veo los años mozos de nuestras juventudes,
llenas de las más caras ilusiones y esperanzas!... Hace ya 293 años, con clara
predestinación, nuestros antepasados indígenas Ciudad de Naturales quisieron, y
que lo fuera en la dignidad que ese nombre te daba, ciudad de nuestra progenie
y asiendo de un esfuerzo tan poderoso que aún hoy perdura… El triunfo de los
ideales de aquellos que para ti quisieron el Real Título de Ciudad de Indios de
Tehuacán de la Concepción y Cueva; y allí estuvo tu cuna, como cuna te
contemplamos hoy cuando en ti asentamos el polvo de otros caminos y nos
aprestamos a fincar en ti nuestro nombre… La hora en que el título alcanzaste
por la fuerza de nuestra raza, habíamos olvidado tu nombre y hoy te recordamos
Ciudad de Indios de Tehuacán de la Concepción y Cueva, ciudad hospitalaria,
ciudad limpia, nuestra casa y hogar, síntesis de nuestro México amado, ¡Patria
bendita!”
Todos los presentes brindaron
prolongados y cálidos aplausos al abogado Madrid, quien se convirtió así en el
primer orador oficial de esta naciente e importante conmemoración. Acto
seguido, Ángel López Meza dio lectura a un trabajo titulado Síntesis de la
Historia de Tehuacán, de la autoría del entonces joven investigador Salvador
Cruz Montalvo, quien a la postre se convertiría en Hijo Predilecto.
Tocó al profesor Germán García Suárez
reseñar una sucinta historia del periodismo local, basado en previas
investigaciones del historiador Paredes Colín. Uno de los momentos más emotivos
fue cuando el alcalde Gómez Jiménez solicitó a todos los presentes se pusieran
de pie y guardaran un minuto de silencio en memoria y honor de aquellos
ancestros tehuacaneros que nos habían legado, mediante la compra de su propio peculio,
del título de Ciudad.
Posteriormente la autoridad ofreció
una serenata nocturna en el kiosco del parque Juárez, donde la Banda Municipal
deleitó a los asistentes con selecto repertorio que cerró con broche de oro con
la interpretación del paso doble Tehuacán, Ciudad Salud; la tertulia se
prolongó hasta cerca de las 11 de la noche.
De esta manera culminó la primera
ceremonia oficial para conmemorar la adquisición del título de Ciudad de
Naturales, que dejó muy grata impresión entre los ciudadanos, ya que todos coincidieron en que si bien se habían dejado
pasar muchos años para recordar y honrar este importante hecho, también era
plausible que las autoridades municipales accedieran a la petición ciudadana de
establecer una ceremonia oficial para que cada año se honrara esta fecha como
una de las más importantes del calendario cívico tehuacanero.
Han pasado 63 años de aquel evento y
sin duda el Tehuacán actual tiene un rostro muy diferente al de aquella mitad
del siglo pasado, que bien podría llevarnos a reflexionar que somos herederos
de una tradición milenaria que por siglos se ha aferrado a este entorno, a este
valle sin duda generoso que es considerado cuna de la civilización
mesoamericana; y de las acciones de muchos hombres que por azar o determinación
propia fincaron en Tehuacán el sitio de sus afanes y esperanzas propias y las
de su descendencia. Tehuacán viene muy de antes. Tehuacán aspira a ir más allá.
No como un pueblo fantasma que viva rememorando su mejor pasado, sino como suma
de esfuerzos que aspire a otro futuro, sólo en la medida que seamos capaces de
luchar por una mejor ciudad, tendremos posibilidad de disfrutar para nosotros, y
para los que vienen, las condiciones de vida más lógicas y convenientes.
¡Felicidades Tehuacán!
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